Muchos éramos los ciudadanos de la capital a los que nos empezaba a rondar en la cabeza la idea de abandonar el Abono de Transporte y volvernos al Metrobús de 10 viajes. Y ello porque, yendo a trabajar por la mañana y volviendo al final del día, con dos desplazamientos al día de lunes a viernes, nos costaba (o no lográbamos) compensar el precio que había alcanzado el Abono de la zona A.
Echando cuentas, uno compensaba el Abono si rondaba los 70 viajes (7,40 euros por el billete de 10 y 46 euros por el Abono). Algo imposible si en 20 días laborables del mes sólo se hacían 40 viajes.
Así estábamos muchos madrileños de la capital.
Porque no vamos a entrar en distinciones con, por ejemplo, el Abono B1, que dejándote salir más allá de la ciudad, compensa con creces en relación con los títulos de 10 viajes de Metro y Cercanías Renfe. Era, una vez más, un agravio que soportábamos los ciudadanos de Madrid capital en relación con el resto de la región.
Tampoco vamos a hablar de la pérdida de viajeros en Metro en plena crisis. Algo impensable teniendo en cuenta el carácter de bien secundario, económicamente hablando, que tiene el transporte público respecto del privado, o, sin ir tan a lo económico, comparando con Bilbao, Barcelona o Valencia.
Y ello sin hablar de aquella subida que nos metieron en cierto agosto... "por la subida del petróleo", dijeron.
Pero, para terminar con esta situación de desequilibrio en los precios, había dos opciones, congelar el billete de 10 y bajar el precio del Abono (lo normal en tiempos de crisis para relanzar el "consumo" de Metro) o bien la medida que ha tomado el PP en la Comunidad de Madrid: subir un 22% el precio del Metrobús de 10 viajes y congelar los Abonos, de modo que ahora compensa sacarse el Abono, pero a costa de que suban la otra posibilidad.
Tampoco entraremos en la bajada de un 14% en inversiones en instalaciones de Metro, en la bajada de un 10% de la contribución de la Comunidad al Consorcio de Transportes, en la bajada del 5% en la contribución del Ayuntamiento al Consorcio... mientras el Ministerio sube un poco su aportación.
Luego diremos que hay mucho atasco, que no hay quien circule por Madrid y lamentaremos que el Metro se averíe.
Echando cuentas, uno compensaba el Abono si rondaba los 70 viajes (7,40 euros por el billete de 10 y 46 euros por el Abono). Algo imposible si en 20 días laborables del mes sólo se hacían 40 viajes.
Así estábamos muchos madrileños de la capital.
Porque no vamos a entrar en distinciones con, por ejemplo, el Abono B1, que dejándote salir más allá de la ciudad, compensa con creces en relación con los títulos de 10 viajes de Metro y Cercanías Renfe. Era, una vez más, un agravio que soportábamos los ciudadanos de Madrid capital en relación con el resto de la región.
Tampoco vamos a hablar de la pérdida de viajeros en Metro en plena crisis. Algo impensable teniendo en cuenta el carácter de bien secundario, económicamente hablando, que tiene el transporte público respecto del privado, o, sin ir tan a lo económico, comparando con Bilbao, Barcelona o Valencia.
Y ello sin hablar de aquella subida que nos metieron en cierto agosto... "por la subida del petróleo", dijeron.
Pero, para terminar con esta situación de desequilibrio en los precios, había dos opciones, congelar el billete de 10 y bajar el precio del Abono (lo normal en tiempos de crisis para relanzar el "consumo" de Metro) o bien la medida que ha tomado el PP en la Comunidad de Madrid: subir un 22% el precio del Metrobús de 10 viajes y congelar los Abonos, de modo que ahora compensa sacarse el Abono, pero a costa de que suban la otra posibilidad.
Tampoco entraremos en la bajada de un 14% en inversiones en instalaciones de Metro, en la bajada de un 10% de la contribución de la Comunidad al Consorcio de Transportes, en la bajada del 5% en la contribución del Ayuntamiento al Consorcio... mientras el Ministerio sube un poco su aportación.
Luego diremos que hay mucho atasco, que no hay quien circule por Madrid y lamentaremos que el Metro se averíe.
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