Fin de la tregua.

Los polos opuestos constriñen la democracia. ETA pone fin a la tregua y el PP arremete contra el Gobierno en un hecho extremista sin precedentes, haciendo oposición política de un tema de Estado. Se alimentan mutuamente.
Razonar sobre los argumentos que llevan a ETA a volver a atentar es absurdo. No tiene razonamiento cabal. Según ellos, el PNV y el Gobierno han hecho imposible el proceso de negociación al impedir la participación de una izquierda abertzale que ellos consideran básica. Pero esto, claro está, ni nada, justifica el retorno a las pistolas.
Razonar sobre los argumentos del PP cada día es más complejo, pero aún se puede. A día de hoy, para desgracia de nuestra democracia, la oposición al Gobierno no tiene más argumento que el terrorismo y este hecho es doblemente grave: toda democracia necesita una oposición dinámica y toda democracia necesita que no se haga oposición con el terrorismo.
Todos podremos leer columnas de periódicos sobre el fin de la tregua. No quiero ser de los que ponga otra opinión sobre la mesa, porque lo que haga el Gobierno, bien hecho estará. Pero creo que debemos tomar, a fin de acallar las sediciosas voces del PP, la iniciativa:

• una resolución parlamentaria que evidencia que estamos todos unidos salvo ellos,
• que esta votación y su resultado se propague por todas las formaciones en sus intervenciones, día sí, día también, en los medios de comunicación afines y contrarios,
• un duro golpe policial a ETA si ello es posible,
• y una manifestación por la paz en todas las capitales de provincia que nos haga tomar la iniciativa en la calle antes de que el PP saque a la jauría de paseo.

A día de hoy, nuestra democracia tiene 2 enemigos claros: ETA y la extrema-derecha no sólo consentida sino jaleada por el PP. La primera vuelve a atentar, a la segunda no le demos tiempo para que también lo haga.