Españolito que vienes
al mundo, te guarde Dios.
Una de las dos Españas
ha de helarte el corazón.
Antonio Machado.
El ambiente caldeado desde el viernes hacía presagiar que lo que rodearía la manifestación del PP de ayer sábado sería una mezcla de odio y de sentimiento contenido de lo que verdaderamente piensa nuestra derecha.
Ayer se demostró palpablemente que el supuesto viaje del PP al centro político había sido una huida hacia adelante con más fines electorales en los años 90 que ideológicos.
En mi modesta opinión, ayer sólo faltaron las antorchas para asemejar un poco más Madrid con una demostración en el Nüremberg de los años 30.
Y ello me produce miedo. El PP vuelve a demostrar (y ya van 3 veces) que puede hacer tambalear la esencia misma del Estado con tal de recuperar o mantener el poder político. Y esta vez, el frente escogido es el terrorismo y el supuesto peligro de división del suelo patrio. Y esto llama a la extrema derecha como el maíz a las gallinas. Y de ahí mi miedo a que volvamos a los comandos que antaño aterraron las calles de esta ciudad, con sus guantes de cuero negro y sus palizas y asesinatos.
El odio del común de la base política del PP genera la actividad de los exaltados. Mirad la portada de El País del sábado y veréis la viva imagen del odio en chicos de 18-22 años. Escuchad sus palabras en las manifestaciones, pidiendo el canto de himnos que aún resuenan en los oídos de nuestros derrotados ancianos. Y esto da patente de corso a los que son aún más (si ello es posible) peligrosos.
Mientras tanto, Rajoy aprieta el acelerador en el coche de Acebes. Rajoy endurece su línea porque no hace ni medio año veía que se estaba quedando por detrás de sus supuestos lugartenientes. Así, Rajoy llama a los españoles a la defensa de la unidad de la Nación contra el Gobierno (si no con estas palabras, eran parecidas), en una afirmación que sonó ayer en mis oídos como una incitación a la sedición.
La visión de TeleMadrid ayer consiguió hacerme pensar en qué cajón había dejado el pasaporte. Una televisión que retransmite sólo las manifestaciones del partido político al que sostiene, mientras dice que las manifestaciones de la izquierda (el sábado 17, contra la guerra de Irak) han sido desconvocadas, mintiendo sin pudor. Una televisión que enfocó varias veces esa pancarta de "Ynestrillas presente", que nos recordaba al famoso terrorista ultraderechista.
Entonces, mientras escuchaba por la televisión a Rajoy, recordé la fórmula que a la derecha le ha valido desde hace décadas, aquí o en Argentina: crear el problema donde no lo hay, generar el desorden donde no existía, culpar al Gobierno de turno de no poder controlar la situación (por ellos mismos generada) y hacerse con el Gobierno (de un modo u "otro") para demostrar que ellos saben salvar al país del mal que le aflige (y que inicialmente crearon ellos).
Sólo te queda la convicción de aquella frase del Chile de Allende: "nuestra fuerza radica en nuestros principios".
1 comentario:
Perfectamente analizado. En todo caso hay un dato que debe ser tenido en cuenta: La derecha pura, Falange, rechazó ir a la manifestación alegando la incoherencia del PP.
¿Es una buena noticia o simplemente están buscando su espacio electoral propio?
Saludos
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