El Presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció ayer, en rueda de prensa tras el Consejo de Ministros, que existen "razones objetivas" para pensar que el fin de la violencia por parte de ETA es inminente. Sin embargo, el propio Zapatero agregó que, dada la irresponsabilidad política que tiene el PP en esta materia, no tiene la suficiente confianza en el principal partido de la oposición como para ofrecerle datos concretos sobre esas "razones objetivas" que apuntan al fin de la violencia terrorista.
El abandono de las armas por parte de ETA, daría lugar a un proceso de paz similar, con sus parecidos y diferencias, con el proceso de paz mantenido entre el gobierno laborista británico y el IRA. Y siempre, siempre, habrá un radical que intente echarlo abajo, como lo hubo en Irlanda.
El Partido Popular, más allá de alentar la división entre la ciudadanía con una recogida de firmas, campaña con la que se asevera que "España está en peligro y que la unidad de la patria está siendo cuestionada por la izquierda y los separatistas" (argumentos escuchados durante 40 años de boca del dictador), guarda una actitud completamente incendiaria en lo que se refiere a la lucha contra el terrorismo.
¿Quiere el PP la paz en el País Vasco? En mi opinión, no. Y tengo sobradas razones para pensarlo.
En primer lugar, el Partido Popular cree sólo en soluciones policiales. El Partido Popular cree, en muchos casos, que la violencia del aparato estatal es lo único que preserva el orden social (el orden público, como diría alguien de derechas). En opinión del resto de partidos, la lucha policial contra el terrorismo no es una solución, sino un medio, que debe conjugarse con otros medios. Pero la solución policial por la que aboga el PP es aplicable a las manifestaciones contra la guerra de Irak, a las manifestaciones estudiantiles o al narcotráfico o, en escala militar, a la guerra preventiva, como en el caso de Irak. Ello conduce al Partido Popular a perseverar, una y otra vez, en que no hay proceso de paz posible.
En segundo lugar, la historia. El Partido Popular cree que un proceso de paz con ETA supone renegar de la Constitución. Y hoy se erigen en los únicos defensores de la Constitución y vemos a Rajoy firmar ejemplares como si fuera obra suya. Pero la historia está ahí para recordarnos que el PP pidió en 1978 el NO a la Constitución, que el PP, en resumen, tiene un alto componente de cargos que provienen del franquismo y que, por ello, adoptan frente a ETA la misma postura que el franquismo: el franquismo (hoy, el PP) y ETA como alimentos mutuos, ninguno puede sobrevivir sin el otro.
En tercer lugar, el Partido Popular no confía en la propia legislación. Incluso no confía en leyes que pudieron cambiar cuando gozaban de mayoría absoluta en el Congreso y en el Senado. El Partido Popular no se ha leído la misma Constitución que dice defender, una Constitución que prohíbe la cadena perpetua y que consagra el principio de legalidad. Si un etarra fue condenado en los años 80 con el Código Penal de 1973, no podemos retenerle en la cárcel aplicándole un Código Penal, el de 1995, posterior al encarcelamiento de ese etarra. Los verdaderos demócratas confían en las leyes: no hacen trampas a sí mismos. Pero hoy vemos cómo el Partido Popular arremete contra el Gobierno porque salen a la calle etarras que han cumplido 18-20 años de condena efectiva cuando cometieron decenas de asesinatos. Y el PP afirma que con esas salidas de prisión, el Gobierno está pagando un precio a ETA, ocultando a la opinión pública que cuando gobernaba el PP ocurrió esta misma situación y media centena de jefes etarras salió de la cárcel.
Y en cuarto lugar, pero en el más importante de todos, el Partido Popular no quiere la paz por simples y llanos motivos electorales, es decir, porque la paz le quita uno de sus ejes electorales: el terrorismo, en torno al cual gira la mitad del programa del PP. El Partido Popular no quiere que la paz se consiga por un gobierno de izquierdas porque eso les condena a la oposición durante años, del mismo modo que los conservadores británicos llevan 3 mandatos en la oposición porque Blair llegó a la paz con el IRA. De igual modo, el Partido Popular no quiere la paz con ETA porque pierde toda la rentabilidad electoral que saca a los atentados terroristas. Fue Aznar quien dijo que "el PP era el que más había sufrido con ETA", como si el dolor se pudiera contabilizar. El PP ganó las elecciones del 2000 por mayoría absoluta no sólo porque la izquierda estaba débil, sino porque sacó mucho partido a los atentados de ETA durante la campaña electoral. Y si el PP, en resumen, perdió las elecciones de marzo de 2004 fue porque hizo creer a España, con 200 muertos aún calientes, que los atentados del 11-M eran obra de ETA para volver a ganar las elecciones, pero se demostró a tiempo que los atentados eran obra de Al-Qaeda, se descubrió a tiempo la mentira y el pueblo español pudo acudir a las urnas sabiendo la verdad.
Por eso, el PP no quiere la paz: para seguir sacando un puñado de votos gracias al dolor que genera el terrorismo. Preparémonos: si el Gobierno llega a un proceso de paz con ETA, el PP tratará de desestabilizar y de que no se llegue a una paz definitiva, el PP tratará de que ETA siga matando.
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