16.9.09

Miércoles, día del espectador.

Dustin Hoffman y Robert Redford se metieron en el papel Bernstein y Woodward, respectivamente, para llevar al cine el caso Watergate, que le costó el sillón presidencial a Nixon. Para conseguir avanzar en la investigación, los periodistas del Washington Post contactaban con una persona que les daba pistas, conocida como Garganta Profunda, cuya identidad sólo se reveló después de que muriera.

Y Garganta Profunda les dio una pista, la del dinero de la campaña presidencial republicana.

1 comentario:

Carlota dijo...

La trama en clave cinematográfica es un poco dificil de seguir, hay que verla dos y hasta tres veces para cogerle "el tranquillo", las interpretaciones, pues como todas las de estos dos monstruos, de 10.